GONZÁLEZ NO CONVENCE A SUS COLEGAS CON IMÁGENES Y ALEGATOS DEFENSIVOS
14 de diciembre de 2004

Se autoproclama un perseguido político y un chanchito expiatorio. Dice que no ha cometido peculado, ni estafado ni violado a nadie. Que él es, más bien, el agredido y el que ha sufrido la violación de sus derechos.Que es incómodo para muchos por sus destapes y revelaciones y que como es una piedra en el zapato la consigna es que "al pobre Gordo hay que colgarlo".Poco le faltó al congresista Alfredo González para llegar al pleno del Parlamento con una aureola en la cabeza, pero ni las imágenes editadas que mostró de aquel aciago 24 de setiembre en el Estadio Monumental ni las láminas en 'Power Point' que presentó acerca de las irregularidades que, según él, se cometieron en la diligencia judicial, lo salvarían de lo que ya parece oleado y sacramentado: el levantamiento de su fuero parlamentario, que se decidirá este viernes.Que la funcionaria judicial no se identificó, que no entró por la puerta principal, que llegó con matones y sin ningún oficio, que él no agredió a nadie y que solo invitó a salir a "los intrusos". De nada le sirvieron sus palabras ante las bancadas de Perú Posible, Perú Ahora, Apra y Unidad Nacional, que en el debate posterior dejaron claro que se mostrarán a favor del pedido de la subcomisión presidida por José Luis Delgado (Apra) para que González se quede sin inmunidad.

  • [República,Pág. 2]
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  • [El Peruano,Pág. 5]
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  • [Perú 21,Pág. 6]
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  • [El Comercio,Pág. A 6]
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  • [La Razón,Pág. 7]
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