Los sacerdotes tienen que respetar los derechos de unos y de otros, fomentar el diálogo y la paz, y no pueden ser los que animen una posición de violencia y enfrentamiento en la sociedad, opinó el obispo del Callao, Miguel Irízar.Consultado por Correo en relación al tema del cuestionado sacerdote Marco Arana y la prédica antiminera que propone a través de su ONG Grufides, Irízar dijo que desconocía los detalles de su accionar, pero dejó muy claramente establecido que la posición de la Iglesia católica es conciliadora y de fomento del diálogo y la paz."La posición de la Iglesia entre dos partes donde se establece algún desencuentro con Cristo es que tiene que ser un espacio de diálogo, de acercamiento de la posición de uno y otro; esa ha sido siempre su labor en cualquier parte", manifestó. Precisó que si Arana ha azuzado a la población hacia acciones de protesta, "habría que buscar a su superior, el obispo de Cajamarca, para que dialogue con él". A renglón seguido, dijo que "si realmente ha habido conducta no conforme con la misión de un sacerdote, se le tiene que llamar la atención o corregirlo". (Edición sábado).