Hay que llamar la atención sobre las contramarchas del Congreso para nombrar a sus tres representantes ante el Banco Central de Reserva, proceso que se habría visto perturbado por las presiones de un sector del Apra y de otro humalista para imponer a sus candidatos. Ello no solo contraría el consenso previo con Unidad Nacional, sino que es sumamente riesgoso, por la tendencia heterodoxa de los candidatos cuyo nombramiento se pretende forzar.¿Es que acaso no hemos aprendido de los estrepitosos errores del pasado? El BCR no puede ser dirigido por quienes ya han fracasado en la gestión económica, monetaria y financiera del Estado.De allí la grave responsabilidad que pende sobre el Poder Legislativo para asegurar la estabilidad y autonomía del organismo encargado, según la Constitución, de regular la moneda y el crédito del sistema financiero, así como de administrar las reservas internacionales, actualmente en un positivo e histórico nivel. De ninguna manera, entonces, esta elección puede ser objeto de componendas y cupos politiqueros, y menos de úkases de caudillos de algunas alas del aprismo. Sucede que si se elige mal, las consecuencias las pagaremos todos los peruanos con inflación, inestabilidad y mayor pobreza. Por lo mismo, lo que debe primar son criterios de realismo, cordura y responsabilidad con el país , y con los objetivos del gobierno actual, para elegir a personalidades con capacidad profesional y trayectoria técnica y moral para desempeñar dichos cargos.La Mesa Directiva tiene que evaluar críticamente esta situación, llamar al orden a los portavoces y hacer respetar los acuerdos. La economía del país, que con tanto sacrificio ha retomado niveles de estabilidad, no puede supeditarse a los caprichos, conciliábulos ni amiguismo de ciertos líderes irresponsables. Menos si estos pertenecen al propio partido de gobierno, al que debemos exigir coherencia y responsabilidad con los electores y con la nación. (Edición sábado).