"Hemos agotado todas las vías", dice Edar Troncos con una mezcla de impotencia y resignación. El alcalde del distrito de Suyo, en Piura, asegura que ni la intervención de la policía ni la de la fiscalía han podido frenar la minería ilegal que contamina el río Macará, que divide la frontera del Perú y Ecuador. Proteger esa zona depende casi únicamente de la población. El problema es que nadie los protege a ellos.