Esta semana sucedió lo que los críticos del Gobierno y la prensa presagiaban: el exministro de Transportes y Comunicaciones Juan Silva desapareció antes de que la orden de detención preliminar, solicitada contra él por la fiscalía y autorizada por el Poder Judicial, pudiese alcanzarlo. Es decir, fuese ejecutada por la Policía Nacional.Como se sabe, la referida orden fue dictada a la luz de lo que recientes audios de una conversación entre él y Zamir Villaverde revelaron sobre los "cien grandes" que habría recibido de este último para favorecer a determinadas empresas en las licitaciones que dependían de su despacho. Una pieza, cabe anotar, que encaja perfectamente en el esquema planteado en el testimonio de la colaboradora eficaz Karelim López acerca de la existencia de una mafia en el MTC dedicada precisamente a esos menesteres delictivos. Lo más grave, además, es que, según lo declarado por López, quien encabezaría esa supuesta organización criminal sería el presidente Pedro Castillo.