Durante cerca de cien años, el gas doméstico (GLP) ha llegado a los hogares y vidas de las personas de una sola y tradicional manera: en pesados envases de acero, difíciles de manipular y proclives a accidentes.Ejemplo de ello, las casi 7 mil emergencias por deflación ocurridas el año pasado en Lima, según el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú.Se trata de una estadística penosa, pero que puede empezar a revertirse gracias al arribo al país del balón de GLP de fibra de vidrio, material que no sufre corrosión y que "no explota bajo ninguna circunstancia", apunta Karl Parovsky, gerente de Ventas para Latinoamérica de Hexagon Ragasco.