"Quiero trabajar, el Perú no puede parar", decían las pancartas que llevaban los trabajadores de MMG Las Bambas en las marchas que protagonizaron ayer en Lima, Arequipa y Cusco. Una de las minas más grandes del mundo está paralizada casi cincuenta días y 9 mil familias la sufren directamente, pero también el país es el afectado. ya que pierde 5.2 millones de soles diarios. De esta manera la reactivación económica en el Perú sufre un nuevo revés. Mientras tanto los antimineros discuten su supremacía incendiando y destruyendo maquinarias y el campamento de la empresa MMG. A estas alturas la falta de reacción del Gobierno es alarmante.