Hace apenas cuatro días observamos desde El Comercio el despropósito en el que había incurrido el Gobierno al nombrar ministro de Desarrollo Agrario y Riego al señor Javier Arce, una persona que carecía y carece de las mínimas credenciales para administrar el sector que se le ha encargado. Comentamos, además, que si bien eso habría sido desacertado en cualquier caso, hacerlo a las puertas de una situación de hambre como la que inexorablemente se abatirá en los próximos meses sobre gran parte del mundo (el Perú incluido) era doblemente inaudito. De hecho, mientras la FAO advierte que la situación de inseguridad alimentaria podría llegar a afectar a 15,5 millones de nuestros compatriotas, el presidente Pedro Castillo no ha tenido mejor idea que repetir que la hambruna "les va a dar solamente a los ociosos" e ir adelante con la designación de marras.