El superintendente de Sunafil, Jesús Baldeón, quien desempeñó el cargo desde el 11 de enero de este año, renunció como superintendente de Sunafil, junto con el gerente general de la entidad, los tres intendentes nacionales, el jefe de recursos humanos y los dos asesores con los que contaba. La renuncia de Baldeón y de todo el equipo técnico deja a Sunafil sin mando y paralizada, ya que la entidad se queda sin su equipo técnico, además sin el mando político, según expertos.