En medio del incremento del precio del diésel y las gasolinas por el conflicto entre Rusia y Ucrania, la menor oferta de combustibles y mayor costo de fletes, así como por la limitación de líneas de crédito de corto plazo en Petroperú tras las rebajas de calificación, la petrolera estatal cayó en un problema de liquidez con obligaciones por vencer por US$ 750 millones, cuyo incumplimiento de pago generaría mayor presión financiera, sobrecostos y desabastecimiento.