A LA CARGA
24 de abril de 2022

Luego de haber superado dos intentos de vacancia con relativa facilidad, el Gobierno bien podría haber intentado permanecer por un buen tiempo en esa suerte de equilibrio precario en el que el país se ha visto sumergido. En tal situación, a pesar del marcado deterioro del aparato público y de las constantes denuncias de copamiento y corrupción, ni el Legislativo ni el Ejecutivo encontraban los incentivos suficientes para cambiar el juego de forma significativa. Sin votos suficientes de un lado y sin voluntad de enmienda del otro, ambos poderes podrían ejercer el mismo papel que llevan desempeñando hoy de forma indefinida.(Edición domingo).