Mientras el presidente de la República y su Premier parecen muy entretenidos lanzando discursos confrontacionales en cuanta plaza pública se presentan, es imperdonable que se haya abandonado a su suerte a dos de las más grandes minas del Perú: Las Bambas y Cuajone, que juntas representan el 20% de la producción de cobre del país y suman la quinta de parte de las exportaciones de este metal.Desentenderse de los asuntos medulares del Estado no es nuevo para Castillo, pero volver a hacerlo justo cuando los precios internacionales del cobre tocaron su nivel más alto en mucho tiempo, considerando la dramática situación que vive nuestra economía, constituye un escandaloso desprecio por la vida de las familias peruanas.