EL ALTO PRECIO QUE LA POBLACIÓN DEBE PAGAR POR EL DESGOBIERNO Y LA LUCHA DE PODERES
11 de octubre de 2006

El entrampamiento edilicio en Chiclayo está pasando de castaño oscuro y huele literalmente muy mal. Debido a la falta de una autoridad clara y firme (nadie sabe a qué alcalde reconocer), la ciudad se ha visto invadida por toneladas de basura maloliente que no son recogidas y amenazan con causar una epidemia sanitaria.Esto es muy grave. Según reportan las autoridades de salud, las enfermedades diarreicas y de la piel se han incrementado en un 20%, lo que ha puesto a prueba no solo la capacidad de atención de los hospitales, sino también los lineamientos básicos del Estado de derecho. El origen del problema se remonta a una superposición de poderes, que enfrenta, por un lado, a los jueces y el Tribunal Constitucional, y ,del otro lado, al JNE, que apoyan a distintos alcaldes. Es evidente que los parches y las soluciones coyunturales no están funcionando. El pedido para que los alcaldes enfrentados dejen el cargo hasta que se elija al nuevo ha caído en saco roto, y hace pocos días entró a tallar un nuevo protagonista, el Banco de la Nación, ante la necesidad de acreditar firmas para disponer de los fondos. Este grave problema ha dejado ver ciertos vacíos del sistema, que deberán ser revisados cuando se aborde las cuestiones pendientes de la reforma electoral. En dicha agenda deberá incluirse las iniciativas para elevar el porcentaje de votos requerido para elegir a un alcalde, con lo que se reforzaría su legitimidad ; y ver la conveniencia de realizar una segunda vuelta para la elección edilicia, así como mejorar los procesos de revocatoria. Actualmente, gana el candidato que obtiene simplemente el mayor número de votos, lo que debilita su gestión al menor problema.Esto, sin embargo, es una cuestión de mediano plazo. Lo urgente hoy es reiterar el llamado a las autoridades del JNE para que hagan valer su prerrogativa constitucional de ser la máxima instancia electoral, y al TC a no perturbar este ejercicio de autoridad. Está en juego precisamente el fortalecimiento de la autoridad municipal, cuyo vacío y ausencia está haciendo tanto daño a los vecinos en un caso como el de Chiclayo, de impostergable resolución.