Tras la compra de Casa Grande por parte del grupo Gloria en enero pasado, en Pro Inversión han empezado a recibir una serie de visitas de empresarios mexicanos y españoles interesados en las participaciones accionarias que el Estado mantiene en otras azucareras. Al igual que en el caso de Gloria, el interés de esos inversionistas no es por el azúcar en sí, sino por la posibilidad de producir etanol. Este producto, a partir del próximo año, podría gozar de demanda estable si es que se aprueba el proyecto que obliga al uso de un porcentaje de biocombustibles en las gasolinas y diésel. Sin embargo, de las visitas recibidas --comentaron en Pro Inversión-- solo un par serían de inversionistas finales. El resto se trataría de interesados en adquirir las tierras para luego revendérselas a los interesados en desarrollar proyectos de etanol. El esquema de venta, en todo caso, ha sufrido un golpe con la reciente aprobación por parte del Congreso de la ampliación del plazo de protección patrimonial a las azucareras hasta fines del 2008.