Los días de suerte que venían acompañando desde el 2001 a Guillermo Aliaga, amigo cercano del ministro del Interior, Javier Reátegui, parecen haber terminado. El hasta ayer jefe de la Dirección de Control de Armamento, Municiones y Explosiones de Uso Civil (Dicscamec) quedó en evidencia a través de un reportaje de "La Ventana Indiscreta", que lo mostró como un individuo sin competencia alguna para tan delicado cargo y que además realizaba jugosos contratos con el Estado.El mismo Reátegui, que hace apenas dos semanas estuvo al lado de Aliaga en la divertida inauguración de su bar concert, hubo de admitir que hubo un "abuso de confianza" de su correligionario peruposibilista y que desde hoy le buscará un reemplazo.Con una candidez impropia de un puesto tan alto en el Estado, Reátegui señaló que nombró a Aliaga como jefe de la Dicscamec, aún sabiendo que el rubro en el que este se desempeñaba era ajeno al de las armas (posee negocios de impresión), "porque como empresario tenía éxito y consideraba que podía llevar eficazmente una dirección, tratándose este de un puesto de confianza"."No sabía que él contrataba con el Estado y tras ver este reportaje, convengo en que ha habido un abuso de confianza de su parte", sentenció.