El Gobierno Peruano -decíamos ayer en estas páginas- no tiene en su caja de herramientas disponibles una solución realista, contundente y responsable al incremento de precios de los alimentos y energía. Ningún gobierno del mundo la tiene. Los problemas logísticos globales, las masivas inyecciones de liquidez del 2020, la recuperación de la demanda con la reapertura de la economía y la invasión de Rusia a Ucrania, tomados en conjunto, han creado un potente cóctel inflacionario mundial que no se veía desde hace cuatro décadas.Sobre lo que sí tiene control el Gobierno es respecto de la calidad de su respuesta ante un contexto externo difícil. Sin embargo, por lo que se ve hasta ahora, la administración del presidente Pedro Castillo está optando por tomar la salida fácil, con propuestas para la tribuna que suenan bien, pero solucionan poco.