Casi ocho meses han transcurrido desde que el Gobierno anunció, con bombos y platillos, la reorganización de PetroPerú como parte de su estrategia para acceder a toda la cadena de petróleo y gas en el país.El resultado: la estatal atraviesa una de sus peores crisis, a la vez reputacional y financiera, al extremo de que va "camino" a convertirse en otra PDVSA (Petróleos de Venezuela) o YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), advierte Álvaro Ríos, socio director de Gas Energy.