Misael y Luis recuerdan que en una jornada normal podían cargar hasta 40 kilos de pescado en sus hombros y regresar satisfechos a sus casas luego de una ardua faena en el mar de El Pedregal. Hoy, esta y otras ocho playas colindantes a Chacra y Mar, lucen llenas de petróleo y basura.Un equipo de El Comercio llegó a esta zona de difícil acceso y comprobó que a dos meses del derrame de crudo en el terminal multiboyas N° 2 de la refinería La Pampilla, de Repsol, las labores de limpieza ni siquiera se inician en estas playas ubicadas bajo el serpentín de Pasamayo.(Edición sábado).