Ayer, el presidente Pedro Castillo volvió a dar una clara idea del tipo de prensa que quisiera que siguiese sus pasos mientras gobierna. Como era previsible, tras la información aparecida el domingo en el programa "Panorama" acerca de las contradicciones que habría entre lo que declaró a la fiscalía y a CNN con relación a sus reuniones con Karelim López, varios reporteros lo abordaron a la salida de una actividad en Lurín para interrogarlo sobre la materia. Y uno en particular le preguntó directamente si había mentido al Ministerio Público con respecto a esas reuniones.La pregunta, desde luego, era más que razonable. El caso respecto del cual la fiscal Karla Zecenarro le había pedido testimonio al mandatario era el de la licitación de la obra Puente Tarata III (hoy anulada), en la que todo indica que se habrían producido irregularidades. El asunto, en consecuencia, era de evidente interés público.El jefe del Estado, sin embargo, ensayó una tosca maniobra evasiva en la que se las arregló para añadir un matiz de ofensa.