JOSÉ MARÍA AZNAR LAMENTÓ DERROTA ELECTORAL DE LOURDES FLORES Y LUEGO VISITÓ A ALAN GARCÍA
4 de octubre de 2006

Si no era por la chillona corbata roja, habríamos pensado que se trataba de otra persona. El José María Aznar que visitó a Alan García en Palacio de Gobierno parecía un clon, una versión apagada del personaje relajado que unas horas antes departió, dicharachero, con Lourdes Flores en el restaurante Costa Verde.La explicación de ese salto de ánimo, sin embargo, tiene que ver más con la naturaleza de ambas reuniones. Lo de la mañana fue, claramente, un almuerzo de camaradería entre primos ideológicos, una recepción (frente al mar) que el PPC organizó para el ex presidente español en su calidad de titular de la Internacional Demócrata Cristiana.Lo de la tarde, en cambio, fue una cita protocolar, oficial y restringida entre un ex jefe de Estado y un mandatario en función.Si por la tarde, luego de pasar 47 minutos con García, el español anduvo excesivamente parco, en el encuentro con los pepecistas se lo notó bastante más que cómodo. Además de Flores, lo acompañó una variada corte de invitados, entre los que destacaban Luis Bedoya Reyes, Felipe Osterling, Güido Lombardi y Gabriela Pérez del Solar, por no mencionar al empresario de televisión Genaro Delgado Parker o al propio Xavier Barrón (quien estrenó nueva imagen, con una barba candado que sería la envidia de Mauricio Mulder).Cuando Lourdes Flores le cedió la palabra, tras darle una halagadora bienvenida ("es un honor tener aquí a un hombre valiente, que ha probado con su vida política la lealtad a valores y a principios, tanto con los vientos a favor como con los vientos en contra"), Aznar le bajó el tono pomposo a la cita e hizo una ingeniosa analogía entre la última caída electoral de su anfitriona y su más reciente dolencia física."Me alegro de ver a Lourdes recuperada. Algunas piedras del camino se le pasaron a la vesícula, pero la política es así de dura".