Ayer, Mirtha Vásquez anunció su renuncia a la Presidencia del Consejo de Ministros y, con ella, la caída de todo el Gabinete que, con algunos ajustes posteriores, se estrenó en octubre pasado. El principal responsable de esta crisis, por supuesto, es el presidente Pedro Castillo, y es él el único llamado a solucionarla, aunque, dada su actuación como promotor de esta tesitura, resulta válido preguntarse ya no si será capaz de hacerlo, sino si tan siquiera tiene deseos de hacerlo.A estas alturas, queda claro que quien le coloca más zancadillas al Gobierno es el inquilino de Palacio, cuya capacidad para poner a su gestión contra las cuerdas parece infinita. Y aunque el país ha asistido a un carnaval de crisis prácticamente desde el primer día de su gobierno, esta tiene un barniz especial, en el que, a la desfachatez, se le han sumado la mentira y las acusaciones de complicidad con la corrupción.