A los más de 1,500 pescadores artesanales afectados por el derrame del petróleo de Repsol se suma un número similar de propietarios de negocios y trabajadores vinculados a la temporada de playa en Ventanilla, Ancón y Chancay, como turismo, restaurantes, paseos en bote y alquiler de sombrillas."Hay un daño económico para más de 3 mil familias que viven de sus actividades vinculadas con el mar, que ahora está contaminado", dijo a Andina el presidente del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (Calamasur), Alfonso Miranda.