La mancha de crudo que se mueve imparable por la costa peruana no es el único problema petrolero que enfrenta el país en estas semanas. Dentro de la empresa estatal Petro-Perú, la situación parece igual de hedionda que el derrame de La Pampilla.Los problemas empezaron temprano en la actual administración. Según reveló el dominical "Panorama", el presidente Pedro Castillo se reunió en Palacio de Gobierno con Hugo Chávez Arévalo, gerente general de Petro-Perú, el 18 de octubre. En la misma fecha y casi a la misma hora asistieron también a la sede de gobierno Karelim López, conocida lobbista, y Samir Abudayeh, empresario comercializador de biodiésel y quien se vio favorecido con una licitación para su empresa, Heaven Petroleum Operators (HPO), pocos días después de la reunión. El 23 de diciembre, sin embargo, y ante la presión pública y de la propia fiscalía, Petro-Perú anuló el contrato con HPO "al haber detectado que no se contó con la presencia de un notario público en la recepción de las propuestas, tal como lo indica el procedimiento".