El sábado pasado, mientras comentábamos desde esta página la crisis desatada en el nivel más alto del sector Interior, explicábamos que "el llamado a solucionar este enredo" no era otro que el presidente Pedro Castillo, que debía decidir si respaldaba al comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Javier Gallardo, o si, más bien, le daba un espaldarazo al ministro del Interior, Avelino Guillén. Pues bien, ha pasado casi una semana y todavía el mandatario no ha tomado una postura al respecto. Sencillamente, parece haberse puesto de perfil.