Aunque no ha acaparado mucha atención de los medios de prensa, la situación que viene atravesando el sector Interior, y que mantiene enfrentadas a dos de sus cabezas, es ya insostenible. Insostenible, esto es, porque las conocidas discrepancias entre el ministro del Interior, Avelino Guillén, y el comandante general de la policía, Javier Gallardo, han terminado por obstaculizar el trabajo de un sector que está llamado a atender una de las áreas más críticas para los peruanos. Pero para entender mejor esta pugna, remontémonos hasta noviembre. En dicho mes, como es costumbre, se llevaron a cabo los ascensos de coroneles a generales de la Policía Nacional del Perú (PNP). El proceso permitió llenar las 25 vacantes, pero no escapó de la polémica, pues el subcomandante general de la institución policial, Javier Bueno, denunció que se habían cometido irregularidades en el mismo.(Edición sábado).