De los líderes políticos, la población espera orientación y deslinde. Orientación sobre el camino que se debe emprender en una situación en la que reina la confusión, y deslinde frente a aquello que pudiera estar haciendo mal quien sostiene las riendas del país. Lamentablemente, no es eso lo que por regla general obtiene.En el Perú, los partidos están encabezados, casi sin excepción, por candidatos presidenciales en hibernación; esto es, medio adormecidos a la espera del próximo proceso electoral, en el que volverán a desplegar grandes promesas para tentar el poder, sin preocuparse demasiado por lo improbable de su materialización. Y si por alguna razón les toca dirigirse a los futuros votantes durante el intervalo entre dos concurrencias a las urnas, procuran hacerlo recitando obviedades que les permitan sintonizar con la mayor cantidad de gente para mantener sus opciones intactas.