El presidente Pedro Castillo se ha embarcado en estos días en una maratón de actividades que buscan transmitir una disposición a la transparencia y una solvencia en el manejo de algunos asuntos de gobierno que no existen. La más reciente fue la frustrada "ceremonia" que, con la presencia del mandatario, se iba a celebrar ayer en el Grupo Aéreo N° 8 para expulsar a 41 ciudadanos venezolanos que habían sido intervenidos durante un operativo en la madrugada. Bochornosamente, el acto debió ser suspendido a último momento porque el avión de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) que debía trasladar a los extranjeros no tenía permiso para ingresar a Venezuela: una circunstancia que revela lo improvisado de la medida.