Es difícil juzgar con dureza a quien recién empieza una labor. Durante los períodos iniciales, mientras la experiencia acumulada aún es poca y el aprendizaje limitado, las críticas suelen ser menos punzantes, pues se entiende que, en ocasiones, se necesita algo de tiempo para asentarse en una posición y lograr resultados. Esto aplica para cualquier trabajador nuevo, y la opinión pública les concede el mismo beneficio a los gobiernos entrantes. Los presidentes de estreno, además, arrancan su administración con el capital político adicional de haber ganado la última elección, lo que le otorga un barniz adicional de legitimidad a su poder. A este episodio se lo conoce como ‘luna de miel’.