CIEN DÍAS ESPERANDO AL PRESIDENTE
5 de noviembre de 2021

Incluso entre quienes no esperaban nada del presidente Pedro Castillo, los primeros cien días de su gestión deben haberles parecido decepcionantes. Difícil imaginar un inicio más accidentado y menos auspicioso que el que acabamos de ver. Lamentablemente, los principales encargados de dinamitar la imagen del Gobierno en estos poco más de tres meses han sido sus propios integrantes y, en especial, el que está llamado a presidirlo.En las últimas semanas, muchos analistas se han devanado los sesos intentando encontrar la lógica que subyace a las decisiones ininteligibles, inconexas y hasta contradictorias del mandatario. En lo que no parecen existir dudas, por el contrario, es en el hecho de que el cargo ha rebalsado a Pedro Castillo, al punto que no es destemplado decir que se ha revelado ante los ciudadanos como alguien incapaz de ejercer el puesto para el que pidió que votaran por él. No se trata solo de que el presidente no muestra reacción alguna cuando su gobierno se tambalea, sus ministros se ven envueltos en una polémica o su partido se abate en fuego cruzado con sus colaboradores más cercanos; se trata de que ni siquiera parece querer reaccionar. Como si, por momentos, se olvidara de que es el jefe del Estado.