LA "HOJA BENDITA"
18 de octubre de 2021

Algunos observadores aseguran que el Perú se ha convertido de un tiempo a esta parte en un narcoestado; es decir, en país en el que las principales decisiones de política se toman en función de los intereses de los traficantes de drogas -para el caso nacional, clorhidrato de cocaína-. La afirmación hoy puede ser exagerada, pero es innegable que el camino hacia la expansión sustancial de la influencia del narcotráfico está claro, y este conduce hacia un país inviable.El número de hectáreas con cultivos de coca habría pasado de 54.000 entre el 2018 y el 2019 a algo más de 60.000 en el 2021, según el renunciante presidente de Devida Fidel Pintado. Más aún, de acuerdo con Rubén Vargas, exministro del Interior, para el 2022 se estiman unas 100.000 hectáreas, espacio suficiente para producir 180.000 toneladas de hoja de coca. El mercado tradicional de coca, vale señalar, requiere apenas el 7% de ese monto. El resto se destinaría a la producción de cocaína. Un informe publicado ayer por El Comercio daba cuenta de que, solo en el Vraem, la producción potencial de cocaína ha pasado de 112 toneladas en el 2012 a 280 toneladas en el 2020.