Parte de las regalías e impuestos que genera el gas de Camisea no llega a los peruanos. No llega a través de mejores caminos ni pistas, no se traduce en mejores servicios de agua y alcantarillado, no se materializa en una mejora de los servicios de salud. Los aportes se quedan en el camino o en el aire, como los más de S/1,522 millones en obras públicas financiadas o cofinanciadas con recursos de Camisea que se encuentran paralizadas en muchos casos por temas de corrupción.(Edición domingo).