"No hemos venido a ahuyentar los capitales, las inversiones; vamos a invertir al Perú con confianza, sin dudas y sin temores.Este gobierno no ha llegado para expropiar a nadie, saquemos eso de la cabeza, es falso", fueron las palabras del presidente Pedro Castillo ante los inversionistas en Estados Unidos. Sin embargo, las posteriores declaraciones del mandatario y sobre todo sus acciones y las de su gabinete dentro del país es muy diferente a lo declarado afuera. En los últimos días, cuatro hechos tiran por el suelo las declaraciones realizadas en Estados Unidos y dejan en claro el poco interés que tiene el gobierno en apoyar y apoyarse en la inversión privada para lograr el crecimiento que el país necesita. El primero: el ministro de Economía, Pedro Francke, declara que el proyecto de Tía María no es viable, a pesar de que meses atrás el ministro de Energía y Minas, Iván Merino, declaró a Reuters que el proyecto podía materializarse si Southern Copper lograba resolver el problema de la licencia social. A pesar de ello y sin haber conversado con la empresa, Francke declara su inviabilidad. El segundo: nuevamente el ministro de Economía lanza un controvertido mensaje al sostener que harán todo lo que esté a su alcance para cobrar las deudas tributarias, no sin antes poner bajo tela de juicio el derecho que tienen los contribuyentes para reclamar frente a las acotaciones que la Sunat realiza, atentando así contra la seguridad jurídica de todos los contribuyentes, no solo de las grandes empresas, sino también de las pequeñas y de las personas naturales.