El ministro de Economía, Pedro Francke, tuvo dificultades para lograr que los inversores se centraran en el dinero cuando se reunió con ellos esta semana.No es que no les importen los detalles de sus planes para mantener bajo control el déficit presupuestario y la inflación y acelerar el crecimiento económico. Es solo que, como ministro de Pedro Castillo, lo que los inversionistas querían escuchar más era su parecer sobre qué camino político tomará su jefe y cómo lidiará con un Congreso dominado por la oposición que ha demostrado ser rápido en vacar presidentes.