El problema más grave que afronta el sector del gas licuado de petróleo (GLP) en Perú es la informalidad. Para empezar, solo el 5% de consumidores finales le compra GLP a una planta envasadora. El emprendedor, la jefa del hogar o el pequeño industrial compra su gas en uno de los más de 25 mil puntos de venta que no están registrados en el Osinergmin.Estos locales informales venden el GLP a otros distribuidores sin factura, les dan cilindros con menor peso, se roban y pintan los cilindros de otras empresas o no usan balones seguros y confiables. Y en los distribuidores más pequeños de balones de gas, esta situación se agrava.