La Comunidad Sudamericana de Naciones nació ayer en el Cusco con metas concretas: que los 360 millones de ciudadanos latinoamericanos tengan en un futuro no lejano una moneda común, un solo pasaporte, un Parlamento, una Constitución Política y una capacidad de negociación sólida que afronte la globalización. La Declaración del Cusco, que es la partida de origen para concretar la integración sudamericana, fue suscrita por el Perú, Argentina, Colombia, Venezuela, Brasil, Chile, Surinam, Guyana, Uruguay, Paraguay, Bolivia y México. La prueba que este esfuerzo integracionista sí funciona fue la suscripción de los acuerdos económicos financieros para que en el 2005 empiece a construirse la carretera interoceánica que comunicará los estados sureños de Brasil con los puertos costeros peruanos. Vía tendrá una extensión de 1.200 kilómetros.