¿A QUÉ JUEGAN EN EL GOBIERNO?
31 de agosto de 2021

Los vaivenes que rodearon anoche la continuidad del ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Iber Maraví, en el Gabinete Ministerial son doblemente ofensivos. Y, a decir verdad, resultarían hasta irrisorios si no fuera porque están vinculados con un tópico tan escabroso como lo es el del sanguinario accionar de Sendero Luminoso y la estela de muerte, dolor y zozobra que sus huestes regaron por todo el país con casquillos y explosiones, y porque hablamos nada menos que del propio Gobierno.Decíamos que resultaban ‘doblemente ofensivos’ porque, por un lado, sostener en el puesto a un funcionario sobre el que cada día que pasa aparecen nuevos indicios que lo vinculan con la subversión o con sus herederos políticos es, ya de por sí, una afrenta hacia la ciudadanía (tan afrentosa, por cierto, como resulta la carta publicada pasadas las 10 de la noche de ayer por el propio Maraví en la que, para evitar renunciar, afirma que ha puesto su cargo "a disposición del señor presidente"). Y, por el otro lado, porque lo último que esperan los ciudadanos es que sus autoridades les den razones para desconfiar de sus propias palabras.