Para el excanciller Héctor Béjar, Sendero Luminoso fue "en gran parte" producto de los servicios de inteligencia estadounidenses. No tenía pruebas para sostenerlo, y lo dijo sin empacho, pero estaba convencido de ello y también de que la Marina de Guerra inició el terrorismo en nuestro país. Por otro lado, para Guido Bellido, presidente del Consejo de Ministros -para más datos, investigado por apología del terrorismo y terrorismo-, la terrorista Edith Lagos fue "una verdadera revolucionaria", "el poder se conquista a través de la violencia" y los senderistas son solo peruanos que "equivocadamente tomaron un camino".A lo anterior se añade todo lo que ahora se conoce sobre el titular de Trabajo y Promoción del Empleo, Iber Maraví, quien además de participar, antes de ser ministro, en una ceremonia con la facción del magisterio cuyos líderes pertenecen o tienen una abierta cercanía con el Movadef (el brazo político de Sendero Luminoso) y, ya en el cargo, con adherentes o integrantes de los sucesores de esta sanguinaria secta, aparece, a propósito de diversos atentados cometidos a inicios de la década de los 80 del siglo pasado por los acólitos de Abimael Guzmán, en atestados policiales junto a criminales como Arturo Morote Barrionuevo, hermano del infame Osmán, y la ya mencionada Edith Lagos. Una circunstancia que pinta tan mal que ni su propio compañero de Gabinete, el ministro de -paradójicamente- Defensa, Walter Ayala, pudo restarle gravedad ("acá cada uno se defiende", dijo).