Hace dos días, un nutrido grupo de padres de familia, estudiantes, docentes y organizaciones del sector llegaron hasta los exteriores de la sede central del Ministerio de Educación (Minedu), en Lima, para solicitar el regreso a las clases presenciales voluntario, flexible, progresivo y con las medidas de bioseguridad pertinentes. Dicho pedido es apoyado por distintas voces autorizadas, que van desde organizaciones internacionales como Unicef (que ha advertido que "la experiencia a nivel internacional demuestra que un cierre prolongado de escuelas puede afectar negativamente a toda una generación en el corto, mediano y largo plazo") hasta varios de nuestros corresponsales escolares repartidos por casi todo el país, que han escrito al respecto. Desde El Comercio, por supuesto, nos unimos a su reclamo.