El virus responsable del COVID-19 no entiende de política. Ataca con igual ferocidad sin importar los discursos, ideologías o intenciones de quienes estén a cargo del Gobierno. La diferencia la hacen acciones concretas: acceso a vacunas, fortalecimiento del personal médico, mejora de los sistemas de prevención, entre otras. Y en esa prueba ácida -en la que no valen excusas, solo hechos- la administración del presidente Pedro Castillo no ha empezado con buen pie.Según reportó El Comercio, en la primera quincena de agosto se aplicaron 225 mil dosis de vacunas menos que en la primera mitad de julio. El ritmo ha disminuido debido a problemas con los envíos desde los laboratorios, lo que también motivó que se pospusiera la segunda Vacunatón del nuevo gobierno. De acuerdo con el Colegio Médico, durante agosto debían llegar 8 millones de vacunas, pero solo se consiguieron hasta ahora 1,8 millones.(Edición domingo).