Si bien los depósitos del sistema bancario muestran una tendencia decreciente en los últimos meses, para los que son por Compensación de Tiempo de Servicios (CTS) no es novedad.Todo empezó a fines del 2000 cuando el gobierno de Valentín Paniagua puso en marcha el mecanismo de libre disponibilidad con la finalidad de evitar una fuerte caída del consumo interno como consecuencia de la crisis política que se vivía. Hasta ese momento, la CTS se depositaba dos veces al año (mayo y setiembre) -a razón de seis dozavos de la remuneración- y el beneficiario podía disponer hasta del 50% del monto depositado (en 1999 se amplió este porcentaje de libre disponibilidad en 25% por una sola vez).A partir del 2001 se estableció que el depósito se efectuara mensualmente a razón de un dozavo mensual, es decir el 8,33% de la remuneración.La medida era de carácter temporal -entre enero y octubre del 2001-, pero su vigencia se fue postergando hasta nuestros días. Si bien en la práctica se convertía en una especie de aumento de sueldo, no faltaron las críticas por parte de los expertos laboralistas, quienes consideraron que se había desvirtuado su objetivo: un seguro de desempleo.Luego de llegar a un máximo de US$1.056 millones en mayo del 2001, estos empezaron a caer de manera sostenida, a pesar de que se ha incrementado el número de personas que reciben este beneficio. A enero del 2004 estos alcanzaron un total de US$919 millones, monto inferior en US$112 millones respecto a enero del 2001, mientras que el número de titulares de cuenta se incrementó en 667.732. En ese período, la participación total de la CTS respecto del total de los depósitos del sistema bancario cayó de 9,8% a 6,9%.