La permanencia de Julio Velarde en la presidencia del BCR ha demostrado ser un asunto sensible para la estabilidad monetaria -y económica, en general- del país. En medio del temor que ha generado la llegada del profesor Pedro Castillo al poder, las idas y venidas del Gobierno sobre sus intenciones de persuadirlo para que siga al frente de la referida institución han impactado visiblemente en el precio del dólar y, consiguientemente, en el de muchos bienes que dependen de él.Si bien es cierto que, antes de ceñirse la banda, el actual jefe del Estado se manifestó a favor de tal permanencia, posteriormente lo que ha existido de su parte es un gran silencio al respecto, y solo el titular de Economía, Pedro Francke, ha persistido en el empeño de continuar contando con los servicios del funcionario que nos ocupa.Tres días atrás, mientras el dólar se disparaba preocupantemente, el ministro pareció haber logrado su cometido. Agencias noticiosas internacionales y medios locales dieron por seguro que Velarde finalmente había accedido a seguir en su puesto. Lo único que faltaba para redondear el acuerdo, agregaban los trascendidos, era una reunión -a celebrarse al día siguiente- entre él y el mandatario para discutir sobre los tres integrantes del directorio del BCR cuya designación dependía del Ejecutivo.