LOS TENTÁCULOS DE PERÚ LIBRE
4 de agosto de 2021

Decir que el presidente Pedro Castillo empezó su gestión con el pie izquierdo con la conformación de su primer Gabinete, liderado por un radical indulgente con Sendero Luminoso y compuesto por una retahíla de personajes poco preparados -pero igual de radicales-, sería una evaluación tibia. Con este equipo de trabajo el Gobierno confirmó que ni la moderación ni el consenso serán sus objetivos y que, más bien, se buscará que Perú Libre tenga un papel protagónico en el Estado. Y lo harán sin importar la idoneidad de las personas a las que se les asignan cargos importantes. La lealtad al partido o a su ideología parece ser el único requisito indispensable.Así, en el Consejo de Ministros, no solo hay un primer ministro que insulta con su presencia a las víctimas del terrorismo en nuestro país y cuya catadura machista y homofóbica ha quedado comprobada. También tenemos a un ministro de Trabajo vinculado a facciones radicales del Conare -brazo del Movadef-, un ministro de Defensa con un pasado de amonestaciones en la Policía Nacional (fue sancionado en los noventa con seis días de arresto de rigor tras determinarse que "incurrió en faltas graves contra la moral policial y contra la disciplina"), un ministro del Interior que aún era fiscal cuando asumió el puesto (circunstancia que convertiría en nulo su nombramiento, según expertos), un canciller complaciente con las dictaduras y el uso de la violencia para fines políticos, un ministro de Cultura que buscó defenderse a balazos de ser retirado de un bus en estado de ebriedad en el 2001, una ministra de Desarrollo e Inclusión Social denunciada por discriminación contra una ciudadana transexual, un ministro de Transportes con papeletas por transportar pasajeros de manera informal (y denunciado ante la policía por agredir a su pareja) y, en general, una serie de miembros que por tolerar la compañía de individuos con estas características, se han convertido en sus cómplices.