En su discurso presidencial, Pedro Castillo señaló la necesidad de que el Estado asuma el financiamiento directo de créditos a los segmentos menos atendidos por el sistema financiero. Sin embargo, la experiencia previa del Estado peruano en este tipo de préstamos ha sido, en el mejor de los casos, desfavorable.Las entidades prestadoras estatales han mostrado una serie de errores. Entre ellos, no otorgar créditos bajo una lógica de rentabilidad financiera positiva; no tener políticas de cobranza adecuadas; reprogramar recurrentemente deudas, lo que lleva a que los préstamos no sean devueltos; y no evaluar apropiadamente los riesgos de los acreedores. De esta manera, en caso el gobierno impulse los préstamos estatales, los escasos recursos del Estado podrían no ser asignados eficientemente hacia fines productivos.