Las perspectivas para el sector hidrocarburos en un eventual gobierno de Perú Libre lucen negras o grises, dependiendo de cómo se interpreten los designios de Pedro Castillo y de Vladimir Cerrón en la esquina del lápiz.A decir del economista Pedro Francke, el plan no consiste en expropiar yacimientos, sino en renegociar "algunos contratos de hidrocarburos", como el del lote 56 (exportación de gas natural). En la perspectiva del bloque duro del partido político, en cambio, el objetivo sería "controlar los recursos naturales". Lo que sea que eso signifique.Precisamente, para obtener una claridad al respecto, los integrantes del Consorcio Camisea (principal blanco de las críticas de Perú Libre) estarían barajando diversas estrategias de acercamiento con las próximas cabezas del sector Energía y Minas en un posible mandato de Pedro Castillo.