En los últimos 30 años, el modelo económico vigente ha traído consigo mejoras en todos los indicadores de bienestar ciudadano. Sin embargo, buena parte del crecimiento conseguido no se tradujo en mejoras visibles para muchísimos compatriotas, cuyas condiciones de vida se mantuvieron prácticamente iguales a pesar del abultamiento de los ingresos del Estado. Y los responsables de que ello haya sido así son las autoridades que hemos elegido para liderarnos, que simplemente no han sido capaces de traducir ese dinero -fruto del manejo responsable de nuestra economía- en servicios de calidad para los ciudadanos. En fin, en muchas ocasiones el problema no es la falta de plata, sino que esta se queda sin ser gastada y, en consecuencia, las necesidades sin ser satisfechas.Con dos partidos enfrentándose para hacerse de la Presidencia de la República, una de las principales exigencias para los candidatos tendría que ser que esta situación encuentre remedio y que el sector público ejecute de manera eficiente los recursos obtenidos del esfuerzo de todos los peruanos. Sin embargo, un vistazo a cómo se han desempeñado en el poder Perú Libre y Fuerza Popular sugiere que las opciones de mejora son un tanto remotas.