Hasta ahora, la oferta electoral de Pedro Castillo se ha caracterizado más por aquello que pretende destruir que por aquello que busca mejorar o construir. La campaña del aspirante a la presidencia por Perú Libre ha apuntado a la desactivación del Tribunal Constitucional, de la Defensoría del Pueblo, a la derogación de la reforma magisterial, a la "revisión" y "corrección" del trabajo de la Sunedu, a la disolución del Poder Legislativo si este no procede a su gusto en su búsqueda por convocar una asamblea constituyente y, asimismo, a la sustitución del actual modelo económico por fórmulas que en el pasado han demostrado ser incapaces de generar bienestar para la ciudadanía.