SEGUNDA VUELTA. Las diversas encuestas publicadas antes de las elecciones del 11 de abril arrojaron que el porcentaje de ciudadanos que no acudiría a votar fluctuaba entre 18% y 25%. La realidad superó las encuestas y según las cifras oficiales de la ONPE el ausentismo llegó a 29.947%, es decir, uno de cada tres peruanos no fue parte de la primera vuelta.Una mirada más cercana muestra que existen departamentos donde este porcentaje llega casi al 40% (Amazonas, Loreto, Cajamarca y Pasco), mientras el menor ausentismo se dio en Puno, con 18%. Por ello, es alentador que en la última encuesta publicada por Datum para Gestión, apenas un 4% tiene la intención de no ir a votar.En una democracia la soberanía de la población se sustenta en dos hechos básicos: la capacidad de elegir a sus gobernantes y la de fiscalizarlos, por lo que resulta preocupante que un porcentaje tan alto haya declinado de su derecho a elegir. En una coyuntura como la actual acudir a votar y elegir a uno de las dos opciones que se enfrentan en la segunda vuelta, ya no es solo un derecho sino un deber. La fuerza de la sociedad se puede manifestar en las calles y conseguir resultados, pero el porcentaje de quienes salen a las calles es reducido comparado con los que pueden ir a votar. Por eso, una forma más directa de expresarse es a través de las urnas. Si como ciudadanos se reclama frente al comportamiento de las autoridades, la mejor manera de evidenciar esta crítica es a través del voto.