Se felicita y saca pecho por el espectacular crecimiento de las exportaciones, pero el Gobierno hace poco para evitar que su burocracia sea el principal obstáculo que debe enfrentar todo aquel peruano que quiera vender sus productos en el exterior.Según un informe de la ONG Ciudadanos al Día, el 53% de las quejas de los exportadores se refiere al excesivo tiempo gastado en procedimientos administrativos. Protestan también de la inseguridad legal y, en menor medida, por la ausencia de infraestructura e información comercial.Por ejemplo, certificar un producto demora siete días y hacer una modificación 15 días más.Las microempresas y pequeñas empresas, que no tienen personal para hacer trámites, son las más perjudicadas. La situación es más complicada en el interior del país, donde el Estado es tan limitado que los productores deben venir a Lima a realizar trámites.