LA COMPETENCIA ENTRE EL GAS NATURAL VEHICULAR Y EL GAS LICUADO DE PETRÓLEO
10 de septiembre de 2006

Desde hace cinco años cerca de 35.000 automovilistas han optado por convertir su vehículo a gas licuado de petróleo (GLP), un producto que frente a los combustibles líquidos (gasolinas y el diésel) es una de las opciones más cómodas en el mercado. La mayor producción de GLP (por Camisea) y la eliminación del ISC han permitido que tenga un precio menor en 50% que el de las gasolinas y 30% frente al diésel.Son estas condiciones las que han permitido un rápido desarrollo del mercado. Y la intensidad de las conversiones a GLP, sobre todo en los últimos dos años, ha elevado su consumo considerablemente, a tal punto que se avizora que el próximo año la producción interna será insuficiente para abastecer la demanda y se tendrá que importar (como se hacía antes), hecho que podría originar un aumento en su precio.Ante ello, el Gobierno ha señalado que una de las alternativas es desalentar el consumo de GLP y promover el del gas natural vehicular (GNV). Pedro Gamio, viceministro de Energía, indica que si bien el GLP debe ser parte de las alternativas en el coctel de oferta de combustibles, la prioridad en los siguientes meses la deben tener las conversiones a gas natural, y por varias razones: es más barato, las reservas que se tienen en Camisea son mucho mayores y es más seguro.¿Desalentar el consumo de GLP? ¿Cómo? El Ministerio de Energía y Minas (MEM) estudia algunas alternativas: una de ellas, gravar la comercialización del GLP vehicular. Gamio indica que no es razonable que actualmente se venda en una estación de servicio el GLP automotor al mismo precio que el domiciliario, sobre todo porque el segundo requiere de una mayor inversión en balones, cadena de distribución, etc., mientras que una estación de servicio que expende GLP requiere de una inversión fija de US$70.000. (Edición domingo).

  • [El Comercio,Pág. B 1]
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