INFRAESTRUCTURA. En campañas electorales anteriores, las promesas que los candidatos hacían sobre ejecutar megaproyectos de infraestructura solían abundar. Es que ofrecer autopistas, centrales eléctricas, represas, plantas de agua potable y alcantarillado y otras obras atraía votos. Y no solo lo hacían los aspirantes a la presidencia, sino también los que postulaban al Congreso, pese a que ese poder del Estado no tiene iniciativa de gasto.Es por ello que sorprende la escasez de propuestas sobre infraestructura en los planes de gobierno de la presente campaña electoral. ¿Es que, de pronto, los políticos han tomado conciencia de que esas promesas son imposibles de cumplir, o han llegado a la conclusión de que la población ha dejado de ser tan crédula? Quizás no se trate de eso, sino de una muestra más de la falta de ideas que, en general, los candidatos presidenciales han exhibido, así como de la poca importancia que han otorgado a sus planes de gobierno, pues en sus mítines y en entrevistas sí se han explayado con promesas millonarias.